A raíz de la pregunta de un amigo:
¿Qué le dirías a una persona que llega a tu consulta y te
dice que quiere hacer la dieta Dukan porque pasa hambre?
Para ahorrar tiempo le diría que se ha equivocado de sitio,
que hay una librería al cruzar la calle. Pero para los que se pregunten el por
qué, ahí va una explicación.
Para empezar no me parece una dieta con la que una persona
pudiera alimentarse el resto de su vida, me parece monótona y aburrida, además
de poco saludable.
En una de las fases esta dieta recomienda un día a la semana
de proteína pura. Y la primera fase, también es hiperproteica. Veamos algunas de las consecuencias de las
dietas hiperproteicas (López-Luzardo, 2009).
Para empezar hay que decir que una dieta se considera
hiperproteica cuando excede las recomendaciones dadas para este nutriente, que
para la población sana y adulta es de 0.8 g/kg de peso y día. Así una persona
de 70 kg
necesitaría 56 g
de proteína al día para cubrir sus necesidades en condiciones normales. También
es cierto que en deportistas o personas físicamente activas estas
recomendaciones pueden llegar hasta 1.5 g/kg/día.
El consumo excesivo de proteínas provoca una eliminación de
ácidos, acompañada de mayores pérdidas urinarias de calcio, lo que a largo
plazo puede provocar problemas de osteoporosis, aumentando el riesgo de
fractura ósea.
Si además añadimos una baja ingesta de potasio a la dieta,
(por ejemplo al no comer frutas y hortalizas) estamos produciendo una acidosis
en nuestro organismo, que puede provocar un retraso del crecimiento en niños, y
aumenta la probabilidad de padecer nefrolitiasis (cálculo renal). También se
altera el balance ácido-base y electrolítico. El aumento de la acidez producido
principalmente por sulfatos y fosfatos provoca como hemos citado anteriormente
un aumento de la resorción ósea, descalcificando el hueso para compensar esta
acidez. Este efecto se puede minimizar añadiendo en la dieta verduras y
hortalizas o suplementos como el bicarbonato de sodio o el citrato potásico.
Por lo que una dieta rica en frutas y hortalizas juega un papel protector
frente a la osteoporosis.
Las dietas hiperproteicas están desaconsejadas para enfermos
renales, ya que generalmente empeoran. En pacientes con la función renal
disminuida tampoco es aconsejado, ya que puede apareces albuminuria (albúmina
en orina) que es un predictor de diversas patologías, como las
cardiovasculares, y aumenta la degeneración renal.
Para personas sanas a priori no se conoce un límite
perjudicial de consumo de proteínas, pero, ¿si sabemos la cantidad necesaria
para nuestro organismo, por qué consumir más?
Hay otras estrategias para vencer el hambre, mantener la
mente ocupada, o hacer algo de ejercicio suele funcionar bastante bien.
REFERENCIAS
López-Luzardo M. Las dietas hiperproteicas y sus consecuencias
metabólicas. Anales Venezolanos de Nutrición 2009; Vol 22 (2): 95-104.