Vivimos en un mundo en un mundo de consumo, superficial, materialista, donde se está perdiendo el trato con nuestros iguales y otras muchas relaciones sociales, pero otro aspecto que llama mi atención es el afán de muchas personas por obtener títulos o diplomas, algunos académicos y otros menos, con el objetivo de medrar en la sociedad, o simplemente en la vida laboral. Y es que desde el estudiante que paga para que le den cursos de libre elección, hasta el que escoge otras asignaturas voluntaria e interesadamente, en algún momento de su vida ha dicho, o ha oído decir: “¡Bahh! si en esta asignatura sólo me interesa el 5” o “lo único que quiero es aprobar.” Y en cierto modo mentiría, o me mentiría a mi mismo, si dijera que yo no he pensado así en alguna ocasión, pero realidad es, que la burbuja en la que nos encontramos en cierto modo nos incita a pensar así. Con esto no quiero excusarme ni quitarme responsabilidad de cara a mi paupérrima futura formación profesional si sigo por este camino, pero tampoco se puede negar que con los nuevos cambios que se están produciendo en educación, se fomentan estas actitudes de pasotismo por la formación e interés únicamente por el título o diploma acreditativo. Pero ¿para que vamos a esforzarnos más de la cuenta, si al final vamos a obtener igualmente el título? Ya no nos preguntamos ¿para qué quiero este título? o pensamos lo interesante que puede sernos para un futuro, si no en que nos abrirá muchas puertas de cara a un futuro trabajo, aunque continuemos escribiendo con faltas ortográficas y tengamos lagunas enormes de cultura general. La orientación al ego, hacia la recompensa, prima sobre la orientación a la tarea, donde la recompensa está intrínseca en realizar la actividad, cultivar el conocimiento en este caso.
Un ejemplo reciente que me viene a la cabeza, es el de un taller de reanimación cardiopulmonar que realicé recientemente, constaba únicamente de 2 horas, y no daba créditos de libre elección, pero aún así, a la entrada del salón de actos, justo antes de recoger el papel acreditativo de la realización del curso, pude oír a alguien decir: “bueno, pues ya tenemos otro papelito de estos más.” Mi reflexión iba más allá, pues yo mismo como ya he dicho antes, he pensado en cierto modo así en alguna asignatura de la carrera…
Lo lamentable de este ejemplo, es que en un curso de reanimación cardiopulmonar, orientado para aprender a utilizar el desfibrilador automático en caso de que fuera necesario, y tener la posibilidad de poder socorrer a alguien si necesitara auxilio, todavía surgieran estos planteamientos tan egoístas; ¿de verdad le interesa a esta persona el curso, o sólo está por el papel acreditativo que confirma su asistencia? Hasta este punto llega a la educación la influencia de la sociedad en la que vivimos, el curso iba dirigido hacia profesionales de las CCAFD, y la mayoría eran personas adultas, pero ya es hora de que empecemos a pensar un poco más en porqué hacemos las cosas, y no en lo bonitas que pueden quedar en nuestro curriculum vitae.
Muy buena entrada Luis, me ha gustado la reflexión que has realizado. Va en la línea de temas de los que hemos hablado últimamente en clase. Me quedo con tu frase final: "ya es hora de que empecemos a pensar un poco más en porqué hacemos las cosas"...
ResponderEliminarTampoco creo que toda la culpa sea nuestra, el sistema determina en parte nuestra manera de interactuar dentro de él. Con tanta especialización es necesario acreditar cada vez más certificados para entrar en "x" puestos de trabajo y claro, al restringirse el acceso al puesto, muchos únicamente quieren los títulos para ese puesto... además, muchos de estos cursos cuestan un dineral ¿Quién se lleva los beneficios de las matrículas? Lo que deberíamos de plantearnos es decir basta ya ante tantos abusos. Encima muchas veces la calidad de los cursos es pésima, debemos de exigir calidad, calidad en la enseñanza. Más vale tener un único título en el cual se haya aprendido mucho que 7 con poco.
¡Un saludo Luis!