Se acerca el verano y volvemos a pensar en cómo nos quedará
el bañador de la temporada pasada, y si se notarán mucho esos dos kilos. Antes
de decantarte por seguir algún tipo de dieta, sobre todo si es una dieta
disociada, esperamos que leas este artículo y te ayudemos a comprender como
funcionan este tipo de dietas.
¿Qué son?
Las dietas disociadas son aquellas que se basan en el
consumo de alimentos, separando sus principales nutrientes (hidratos de
carbono, proteínas y grasas). Hay muchos tipos, por ejemplo la dieta que
propone comer separados hidratos de carbonos y grasas, otra que propone comer
proteína separada de hidratos de carbono… entre las mas famosas está la dieta
Montignan, o la dieta de Hay.
Es posible que la pérdida de peso en la gente que la sigue
sea real, pero esta disminución del peso es un espejismo, ya que se basan
principalmente en la pérdida de agua y de glucógeno (almacenado a nivel
muscular y hepático) que es el que nos proporciona energía entre comida y
comida. Esta pérdida de peso es fácil de explicar, al perder el placer por la
comida y la gastronomía, aunque te digan que puedes comer lo que quieras de
jamón serrano, al final lo aborreces, y comes menos. Al comer menos calorías,
adelgazamos. Al recuperar nuestra dieta habitual, recuperamos el peso.
Ahora bien, ¿son equilibradas?
No cambia nuestros hábitos alimentarios, y si antes comíamos
mal, ahora comeremos igual, pero sin mezclar el chocolate con el pan, o el
chorizo con la pasta, o el jamón con el pan. Si de verdad queremos mejorar
nuestra dieta, empecemos por los hábitos, esa es la clave.
Las dietas disociadas se basan en la mal absorción de los
nutrientes al tomarlos de forma separada, es decir, algunos nutrientes se
absorben peor, por lo que los aprovecharemos menos, y nuestro organismo
funcionará “peor” que siguiendo una dieta equilibrada normal.
Por poner un ejemplo, el hierro, se absorbe mejor si el pH
del estómago es más ácido, por lo que tomarlo con alimentos ricos en ácido
ascórbico (vitamina C) como las fresas o
el kivi, favorecerán su absorción. Otro ejemplo, los únicos alimentos que
tienen un solo nutriente, son el azúcar de mesa, que tiene sacarosa. Y el
aceite, que solo tiene grasa. El resto de alimentos son una mezcla de hidratos,
proteínas, ácidos grasos, minerales… no tiene sentido pues justificar la
ingesta por separado de alimentos en base a no mezclar macronutrientes cuando todos los
alimentos, excepto el azúcar y el aceite, tienen una
mezcla de nutrientes.
Dependiendo del tipo de dieta disociada, provocará además unos
efectos diferentes en nuestro organismo, por ejemplo acidosis metabólica,
catoacidosis (en las dietas hiperprotéicas o tipo Atkins), hiperglucemia (al
ingerir un exceso de hidratos de carbono, sobre todo azúcar) y estas consecuencias a su vez incidirán
claramente de manera negativa en nuestro estado de salud.
Como conclusión, podemos decir que es complicado que las
dietas disociadas sean equilibradas, y siempre han de estar rigurosamente
controladas por un profesional que nos garantice que nuestro estado de salud no
está en juego. Y en cuanto a su eficiencia, si entendemos que el objetivo de la
dieta es mejorar la salud, diríamos que no son la mejor manera de adelgazar. Yo
te propongo otras formas de combatir el sobrepeso, como son el ejercicio
físico, y aumentar el consumo de otros alimentos más cardiosaludables como
frutas, verduras y hortalizas. Más cercanos a la dieta mediterránea, y que
además si nos van a permitir disfrutar de una vida más longeva y de calidad.
Abandona la idea de que un determinado tipo de dieta famosa
puede ayudarte, porque lo que buscas es tu dieta, no una dieta cualquiera.
Buscas aquella dieta que puedas mantener el resto de tu vida y a la vez
te mantenga en tu peso ideal. No es fácil. Selecciona los mejores alimentos y la
mejor forma de cocinarlos. Claro que puedes darte algún capricho de vez en
cuando, pero piensa también que un paseo a ritmo rápido puede ayudarte a
quemar esos excesos, a sentirte más enérgico y a dormir mejor.
Lecturas recomendadas:
n Guía de la alimentación saludable.
SENC, Madrid 2004.
n Dietas y productos mágicos. Valera Mosquera, G. y cols. INUTCAM, 2009.
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